Según Kandinski recuerda a una persona tan convencida de sus fuerzas que despierta una sensación de salud. También dice que su sonido semeja el de la campana de una iglesia llamando al Ángelus, el de un barítono potente o una viola interpretando un largo.
Es el naranja, tan radiante, tan estimulante, el mismo que pincela el cielo cuando el sol nos llama a contemplar la maravilla del comienzo infinito de su ciclo.
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Positivo, enérgico y radiante como el sol, dejalo entrar. |